martes, 6 de diciembre de 2016

DOS ACTOS, DOS

La semana pasada tuve la fortuna de poder asistir a dos actos de un nivel elevado, por temática y por ponentes. Como no todo puede ser hubo un pero: los dos coincidían prácticamente en el tiempo así que tuve que tomar la determinación de dejar uno antes de que finalizara para poder acudir al otro justo a la hora de inicio.

El primero era la puesta de largo del Consejo Municipal de Educación, que contó con la presencia de tres pesos pesados: Joan Subirats, Mariano Enguita y Jesús Rogero. Formalmente alguna pega le pongo: poco público, no sé si por una convocatoria inadecuada, y un formato extraño, tipo posmoderno 2.0 que a mí me resulta impostado... Será que me hago viejo, será que prefiero la mesa y las sillas, como toda la vida.

Las intervenciones, soberbias. Se nota que los que hablaron eran docentes. Y mucho. Mucho se nota y mucho docente. Con algunos argumentos coincido, los puedo comprar. Otros me provocan algo de recelo. Es evidente que cada día hay más información fuera de la escuela, que la labor del docente pasa por enseñar al alumnado a resolver problemas en genérico. Pero que eso no signifique que la escuela pierde ponderación respecto otros focos de conocimiento. Y desde luego que este argumento no se utilice para desvirtuar el carácter de la escuela como elemento central de la transmisión del conocimiento.

La escuela debe seguir existiendo como la conocemos y tendremos que luchar mucho por ella. Para que sea pública, laica, científica y de calidad. Y debemos seguir apostando por que los niños y las niñas acudan a ese espacio que lo es sobre todo de aprendizaje de conductas correctas de socialización pero también de transmisión de contenidos y saberes.

Ojo con los péndulos que oscilan demasiado.

El segundo acto se enmarcó dentro de la exposición del espacio mercado sobre el movimiento obrero. Ya comentamos en este blog la apertura de la exposición y el miércoles le llegó el turno a otras tres grandes ponencias. La de José Luis del Pozo, trabajador de la tiza, parte aún activa del movimiento obrero de Getafe y uno de los organizadores y promotores de la actividad. La de Juan Pablo Calero, catedratico de universidad, docente de secundaria y uno de los cronistas más directos y sinceros del anarquismo en el estado español. Y finalmente la de Ángel Bahamonde, a quien conocí en su momento en la Complutense y que luego me enteré que recaló hace años aquí en la Carlos III. Las tres fueron muy buenas intervenciones y la de Bahamonde sencillamente extraordinaria.

Una lástima que creo que no se grabó en vídeo. Evidentemente toda esa información se puede encontrar en los libros, en las clases, en las charlas... pero de la manera concentrada y personal con la que la recibimos seguramente sea difícil volver a verla. Sin duda esta exposición es un acierto, un lujo.


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